Fuente: ABC Color, Paraguay. 8 de Agosto 2016. Por Carlos Rafael Caballero
A pesar de los muy buenos propósitos y el esfuerzo de sus gestores el presidente Raúl Alfonsín y el presidente José Sarney, el Mercosur está en la cuerda floja. No fue el ingreso de Venezuela el factor determinante de esta crítica situación, fue la desgracia de tener un presidente paranoico que ha creado un mundo de lacayos y sicarios de la política a su servicio discrecional.
En esto nada tiene que ver los ideales del socialismo en lo económico, político, social ni humano. La degradación de Maduro llega al punto que se comunica con el fallecido ex presidente Chávez a través de un pajarito y que para fortalecerse en sus ideales pasa algunas noches en su panteón.
Cada vez más nos recuerda a Hitler, el único líder de la raza superior a quien todos deben obedecer y nadie debe contradecir.
Maduro, como un paranoico enardecido, trata como traidores a quienes no concuerden con sus propósitos e ideas. Sean estos ciudadanos de cualquier país, sean presidentes, embajadores, obreros, estudiantes, laicos o religiosos, etc.
Es hora de recurrir a la razón de ser ciudadanos, comunes, libres y de buenas costumbres.
Nos preguntamos: ¿este es el estadista que se ha propuesto liderar al Mercosur? ¿será un estadista con visión de gestión para lo que requiere este cargo? , ¿Maduro, tendrá capacidad y equidad para dirigir un Mercosur con presidentes de países de diferentes ideas y programas políticos? ¿Cuál será el futuro del Mercosur con Maduro?
Que Dios salve al Mercosur y a Venezuela también.