La fundación de Salta

La fundación de Salta, tuvo un predecesor ignorado por muchos años y es de justicia recordar, que diez años antes que Lerma labrara el acta de erección de la ciudad, el virrey don Francisco de Toledo anunciaba a su soberano su intención de fundar Salta y es precisamente en ese sitio de honor en los orígenes de la provincia, donde los salteños debemos situarlo y reconocerlo con la gratitud que merece. El plan de Toledo de poblar las tierras existentes entre Charcas y Tucumán, en el Valle de Salta, consistía en unir las poblaciones a los fines de “la ejecución de la justicia”; es que las pocas poblaciones de la incipiente gobernación se hallaban aisladas del mundo exterior; hasta ese momento “las rutas que las unían al Perú ofrecían peligros de tal magnitud que para atravesarlas había que organizar verdaderas expediciones armadas”. Pero, previamente, hagamos un repaso de su línea ideológica.

La extensión de la conquista hacia el sur con el propósito de fundar pueblos en Córdoba, en el Paraná y en el Río de la Plata que antepuso el gran precursor Francisco de Aguirre, tenía como fin dar al Tucumán salida al mar y unir el Pacífico al Atlántico con centros en un contexto estratégico, geográfico y económico adecuado, aunque luego por razones difíciles de juzgar, el Tucumán quedó sin puerto, tierra adentro y sólo se incorporó al Río de la Plata al formarse el Virreinato, en 1776. Levillier, considera que aquella genial línea ideológica del gran precursor ideada en 1551 y concretada en 1556 “se realizó paulatinamente en cada uno de sus puntos”, rescatando lo que Aguirre creara “en nuestro norte andino y en Santiago del Estero y lo que proyectara para Córdoba y el litoral platense”, como una decisiva acción “sobre el desarrollo del futuro territorio argentino”, que aún perdura. En efecto, todo lo que Aguirre aconsejara, gradualmente se cumplió, tal las fundaciones de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero y Salta, de allí que se lo ha considerado uno de los reales fundadores y constructores de la Argentina.

En ese profundo análisis de Levillier, se aliña claramente en que la ideología de Francisco de Aguirre se extiende a través de Matienzo y Toledo. El licenciado Juan de Matienzo, oidor de la Real Audiencia de Charcas en 1562 se propuso durante dieciocho años la reconstrucción de Buenos Aires, que “diera al nuevo puerto la trascendencia de un eje de comunicación económica entre Lima, Charcas, Chile, Tucumán y el Río de la Plata, y entre el Río de la Plata y la Metrópoli”. Mientras que el virrey Francisco de Toledo, llegó al Perú en 1569 y gobernó en la época en que estas ideologías pugnaban por realizarse. Sin embargo, Aguirre fue el único que pudo ver concretados sus proyectos. Matienzo murió cuando Garay puebla Buenos Aires, y Toledo no existía cuando se fundaron Salta, Jujuy y La Rioja, pero es justo honrar a estos grandes generadores de nuestras ciudades, cuyos pensamientos de altas miras “lograron la fecundidad lejana de su acción”. El virrey Toledo con su vasto plan, tuvo sin duda una vital influencia en la formación de lo que sería la Argentina, y aquello nació de su mente sagaz y del conocimiento del territorio que plasmó en sus ordenanzas que comprendían cabalmente lo que “debía hacerse para la defensa del indio oprimido, la organización del trabajo, el establecimiento del orden y el juego verídico de las instituciones”, fueron en definitiva, medidas de gobierno materiales que tuvieron aplicación positiva.

En consecuencia, el virrey del Perú don Francisco de Toledo además de dignificar la noción de gobierno e imponer justicia, orden, cultura y paz, ordenó fundar una ciudad en el Valle de Salta. Tomó para sí los proyectos de Francisco de Aguirre y oyó los consejos del licenciado Matienzo, consuegro de Aguirre que insistió en que se fundara en el Valle de Salta. Don Jerónimo Luis de Cabrera intentó en 1571 cumplir con dicha orden en el “Valle de Salta en la parte y lugar que le pareciere que más conviene pueda poblar y fundar un pueblo de españoles”, pero fracasó, lo mismo que Gonzalo de Abreu y Figueroa, a quien el virrey Toledo le dio mandato expreso en 1573 para que levantara un pueblo en Salta o Calchaquí.

Los propósitos de Toledo no se cumplieron sin grandes sacrificios y seguramente “no hubiesen prosperado sin la tenacidad de su enérgica voluntad”, recordemos que los indígenas no sometidos no temían combatir con la caballería o la arcabucería.

Más tarde, nombrado el licenciado Hernando de Lerma gobernador del Tucumán (1580-1584), e insistiendo el virrey Toledo con poblar en Salta, dio a Lerma instrucciones similares a las que recibieron Cabrera como Abreu y Figueroa. Recordando el interés de asegurar la ejecución de la justicia, como el aprovechamiento del comercio entre las provincias del Tucumán con Charcas, le encomendaba a Lerma que dentro del primer año de su gobierno hiciese en el lugar que más conviniere, una población en el Valle de Salta o en el de Calchaquí, dejando Toledo anotado la contrariedad que le causara haber sido desatendida su orden por los gobernadores anteriores, pero esta vez, Lerma, concretó el mandato.

El 14 de abril de 1582 Lerma está frente a Salta eligiendo el sitio, solares y límites de la nueva ciudad: “Desde el asiento de Calahoyo hacia esta ciudad que es de cinco leguas de Talina y cuarenta y cinco en circuito y redondo, e incluyendo los naturales que están de guerra y rebelados contra el servicio de su Majestad y los indios de este valle de Salta y los de Calchaquí, Tafí, Chicoana, Pulares, Cochinoca, Casabindo, Omahuaca y Jujuy”. De manera que Lerma (1545-1598), levantó el real a orillas del río Los Sauces y con sus huestes fundó la ciudad el 16 de abril de 1582, denominándola Ciudad de Lerma en el Valle de Salta, la que luego será llamada San Felipe de Lerma en el Valle de Salta; ciudad que cumpliría efectivamente la función de nexo entre el Perú y el Río de la Plata. Así, con el correr del tiempo la ciudad, se llamó Salta y el valle se nombró Lerma.

 

Por Rodolfo Leandro Plaza Navamuel

Presidente de la Federación Argentina de Genealogía y Heráldica

Presidente de la Academia Güemesiana del Instituto Güemesiano de Salta