El 20 de febrero de 1948 se inauguró, en la fronteriza Estación Socompa, el Ferrocarril Internacional que unió la provincia argentina de Salta con Antofagasta y su puerto en el océano Pacífico. Hace poco, entonces, se cumplieron 73 años del funcionamiento del que es, actualmente, el único ramal ferroviario que presta servicios entre Argentina y Chile.
Como siempre, la fecha pasa desapercibida en Antofagasta. Pero no sólo es eso: esa histórica Estación Socompa prácticamente no existe en el lado chileno, ya que aún no se reconstruyen las instalaciones mínimas para reemplazar las quemadas -hace años- por un incendio que destruyó las oficinas donde operaban Aduana, el Servicio Agrícola y Ganadero, así como Policía Internacional (Migraciones). Por ello, actualmente esos servicios fronterizos se prestan en alguna estación en pleno territorio chileno e incluso en Baquedano. Hay un proyecto de reconstrucción, pero no se sabe cuándo se ejecutará, ni si para entonces se dispondrá de los fondos necesarios.
Este aparente desinterés -habitual en las jefaturas de esos servicios, en Santiago, pero poco comprensibles en autoridades regionales- se mantiene cuando hay señales evidentes que el tránsito ferroviario internacional será bastante utilizado. Si se mantiene el alto precio del cobre y en cuanto la pandemia permita empezar a volver a la normalidad, lo más `probable es que pronto se reactiven los proyectos mineros -incluyendo varias explotaciones de litio- en las provincias cercanas de Salta, Catamarca y Jujuy, varios de ellos más cerca del trazado ferroviario en la cordillera que de las rutas por los Pasos de Jama o de Sico. Necesitarán maquinarias, equipos e insumos que – desde nuestros puertos- generalmente son llevados por ferrocarril, por donde también debieran ser los minerales argentinos, ya que usar puertos del Atlántico es más lejos, más caro y generalmente con oposición de ambientalistas.
«¿Están preparadas
las empresas
ferroviarias chilenas
para atender un
incremento de
cargas»?
Aparte del incremento de cargas de y para la minería, también pronto pudiera empezar a funcionar el llamado «Corredor Multimodal», con cargas desde y hacia Paraguay, Brasil y Bolivia a través del transporte fluvial por el río Paraguay y luego en ferrocarril, desde Puerto Barranquera en la Provincia del Chaco hasta Salta y Socompa, con destino a los puertos antofagastinos para esas exportaciones o desde nuestros terminales portuarios a esos territorio mediterráneos.
También desde Resistencia podría transportarse en ferrocarril carga de provincias del noreste argentino, como Corrientes, Formosa, Misiones y Chaco. Con una mayor frecuencia de trenes y de carga ¿seguirán los controles en estación Augusta Victoria e incluso en Baquedano, en lugar de hacerlo en la Frontera, en Socompa?. ¿Estarán preparadas las empresas ferroviarias chilenas para atender un significado incremento de carga desde o hacia más allá de Los Andes?
A todo lo anterior cabe agregar la posibilidad que el actual Corredor Biooceánico Vial -aún en construcción en territorio paraguayo- pudiera transformarse en Corredor Ferrovial, si prospera un proyecto ferroviario privado que sigue vigente.
Columna
Herman Cortes C.
Periodista
EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA
Edición impresa del 16/03/2021